Desde la óptica de la creatividad —no desde la de la militancia partidista—, el mejor spot hasta el momento:
Califíquenlo del 1 al 10 y dejen sus comentarios.
[Está cagadísimo lo de los grillos y la cocinerita, ¿no?
jajajajajajajajaja...]
Califíquenlo del 1 al 10 y dejen sus comentarios.
[Está cagadísimo lo de los grillos y la cocinerita, ¿no?
jajajajajajajajaja...]
Pero tampoco nada está de menos; algunos otros visten de lo más sencillo: ellos, pantalones de mezclilla, playeras con el número 10 de la Selección mexicana, suéteres de rombitos, tenis con la insignia de Nike casi despintada. Ellas, playeras con estampado de la Virgen de Guadalupe, zapatos “bajitos”, y los labios y ojos apenas delineados por un tenue maquillaje. “El chiste es sentirse cómodos pa´ echar el baile, ¿No joven?” (Carcajadas y mejillas ruborizadas acentúan su algarabía). Y es que, como lo establece un letrero a un costado de las taquillas:
“Es —según el critico de danza y periodista, Alberto Dallal, en su obra El “Dancing” mexicano (1982)— un espacio social en el que tiene lugar un amplio y dinámico fenómeno estético cuyas características de naturalidad, espontaneidad y vigorosa creatividad incluyen o involucran principalmente lo que algunos autores denominan “sectores medios”, grupos de fuerza y pujanza económica dudosas. […] En esos establecimientos de baile, la baja clase media se olvida de horarios, deudas, regaños, jefes y padres.”
Ya casi es hora. Algunos asistentes aguardan en el pasillo observando la galería de reconocimientos, homenajes, fotos, recuerdos, posters de conjuntos que ha visto desfilar por su escenario “el Palacio”, collages de las secciones “Sociedad” y “Espectáculos” del Sol de México, de la TV Notas, de la Furia Musical, que alguna vez en sus páginas publicaron las entregas de “El Califa de Oro” ——premio que desde hace 26 años se otorga a celebridades de la farándula, propuestos por el público— a Verónica Castro, Jorge Ortiz de Pinedo y Carmen Salinas, quien jamás fue a recibirlo.
Algunos otros ya se saben el camino de memoria; llegan y a lo que van. Se postran frente a las taquillas y descubren que el precio del boleto “hoy está más caro (de $50 u $80, precio regular, subió a $100 por persona). Es que es el aniversario y van a tocar buenos grupos. Y todos los años rifan regalos.”
Ya es hora. Domingo, 8 de junio… 54 años después, “El Califa” de la Portales de nuevo se viste de fiesta con nuevos padrinos: “artistas de cine, radio y televisión”: Huicho Domínguez, “Grupo Kien?”, “Los Klazykeroz”, “El Súper Grupo Colombia” y “Yesi Tovar”.
“Ya está todo listo, sólo falta que la gente escriba la historia, haga la fiesta… su fiesta”. A pesar de más de 35 años del mismo ritual, “la Jefa”, Mariana de la Cruz, todavía luce nerviosa tratando de afinar hasta el último detalle, contestando cada llama, cada solicitud, mandando, ordenando, respirando profundo a cada instante, a cada obstáculo que supera: “Por qué no prende ese foco”, “Avísame cuando llegue el pedido”, “¿Bueno? Si, vengo llegando, ¿tú donde andas?”, “Haber, ´poli´, atiéndame a este joven”…
Y es que después de la muerte de su esposo, Guillermo César Escoto —hijo de los fundadores del recinto y quien falleciera hace varios años— “no ha sido fácil, pero tampoco difícil. El salón mismo me enseñó lo que le gusta”.
Son apenas las 9:00 p.m. y “el Palacio” está extasiado. Doña Mariana calcula unos ocho mil asistentes, aproximadamente. Ya han tocado cinco conjuntos y lo mejor estará por venir. Bajo el son de “la Cita”, el grupo “Los Tenorios” invita al público a “disfrutar de la fiesta y no quedarse sentados”, pero no hace falta tal exhortación: los que están sentados es “para agarrar aire, pero ahorita le siguen”; otros beben sus vasitos de agua o refresco expendidos en el lugar; unos más no dejan de ir a los sanitarios a mirarse al espejo desde diferentes ángulos, para mojarse la cara, el cabello y acomodarse el cuello de la camisa, haciendo extrañas gesticulaciones… posando.